De a poco entendemos que hay tantas maneras de morir y tantas más de matar . Nos hemos hecho maestros en el arte del egocentrismo y la indiferencia ,en el uso y abuso de los demás para nuestros fines ocultos . Nos adueñamos de la vida y los sentimientos de otros y los descartamos sin ningún cargo de conciencia cuando ya no nos sirven.
Nos matan con los silencios, nos castigan con los vacíos. Ya no confiamos en nadie, ya no esperamos , aprendemos lentamente que a nadie le interesa nuestra vida. Que nadie va a venir a cuidarnos, a sostenernos, a consolarnos. Estamos solos en este inmenso mar en nuestra miserable barca.
Entonces matamos también. Empezamos a aislar a los pocos que nos querían, nos tenemos miedo, nos alejamos , dejamos de tocarnos y también dejamos de mirarnos a los ojos .
Estamos en guerra . Una triste peste que nos enseña a morir y matar . Como lobos hambrientos y lastimados vivimos cada día como si fuera el último, aullando nuestro dolor a una luna perdida .