viernes, 29 de diciembre de 2023

La habitación

A nuestra primera casa entramos un 24 de Diciembre y usurpamos una habitación. No era verdaderamente nuestra (cuestiones oscuras de papeles y estafas de familiares poco familiares) , por eso trajimos nuestros pocos trastos desde un depósito de la Escuela donde vivimos un año, porque no podíamos darnos el lujo de alquilar . Un buen amigo nos ayudó prestando su camioneta y su buen corazón. 
No había aberturas, ni agua corriente, ni electricidad,  ni baño. Pero cuando uno es joven y está lo suficientemente harto , se las ingenia. 
Eramos tres. Nuestro primer bebé brillaba entre la miseria y la injusticia.  
Conocimos las mayores maldades humanas, hasta esas que ni se pueden entender, porque hay seres humanos que son felices maltratando a otros . Existen. 
Eramos tres náufragos festejando su primer Nochebuena en familia.  
Teníamos un sistema económico cruel que nos daba una Asociación Mutual. Podíamos comprar casi al comienzo de un mes lo que necesitábamos para el mes entero. Con intereses ,obviamente.  Pero había que vivir.
Y era fiesta. Así que ese día comimos sándwiches de miga , y quizás alguna gaseosa barata. 
Y a nuestro bebé le compramos un pequeño camioncito anaranjado , el más barato de todos . 
Y en esa habitación pusimos nuestros trapos en las ventanas y puerta y ahí vivimos un tiempo.  La casa era grande, pero habíamos vivido tanto tiempo como presos, apretados en ese depósito,  que no podíamos salir de ahí.  
Con el tiempo la casa se terminó , con mucho enojo y miradas de reojo. 
Pero nada importaba. Habíamos logrado entrar. Nuestro niño ya jugaba sobre piso de mosaicos con su camioncito naranja. 
De esa habitación yo nunca pude salir. Ese lugar se quedó en mi alma. 
Todavía miro cada precio , todavía me resisto antes de comprar algo , todavía uso la misma ropa impersonal. Y todavía me conmuevo ante cada injusticia,  ante cada hecho discriminatorio,  ante cada persona maltratada. 
Puede parecer fácil de superar . Pero el esfuerzo que se hace para no llenar el alma de odio hacia los demás es tan grande, que hay lugares a donde no se quiere volver.
Aprendí a perdonar, a creer , a tener esperanza. A disimular todo para criar hijos sin malos sentimientos,  con la capacidad de desarrollar cada talento y poder aprovecharlos bien. 
Pero en cada Navidad yo vuelvo a la habitación, solo un rato. Para mirar desde aquella distancia a la familia grande ,hermosa y buena que tenemos. 
Si me quedo demasiado tiempo quizás no pueda salir .


Hoy les escribo para pedirles perdón. A ustedes, mis cuatro tesoros. El regalo más grande que recibí inmerecidamente, lo más lindo que tuve en la vida. 
Perdón por las veces que los hice sentir mal contando las miserias que pasamos. Yo tendría que haber podido callar siempre. Ninguno de ustedes tuvo ninguna culpa de esto . 
Hoy entendí por qué les causo rechazo y tal vez vergüenza ( en este momento muero de vergüenza) . Por qué los lastimé tanto . Perdón. 
Daría lo que fuera por volver el tiempo atrás y empezar de nuevo. No fui la madre que veía en las revistas o las madres de mis amigas. No pude. Yo no entendía nada. 
Pero si, sinceramente ,sepan que los amo. Que voy a cambiar para no causarles más incomodidad. Voy a aprender a callar . Lo prometo. 
Yo no tenia ningún derecho a meterlos en mi oscuridad, en mi pena. Eso era solo mío. 
Me alegran sus logros, sus vidas hermosas, me llenan de orgullo . Y los amo 💜 

Dejo el escrito de la habitación solo como eso , un texto más.

sábado, 27 de agosto de 2022

Cuando se rompe un poco el corazón.

Molestia, donde estés, yo sé que me entendés. Hoy limpié la casa y no estuviste para acompañarme en tu tarea preferida.
Pasé por las habitaciones con las camas tendidas de los hijos que no van a venir . Y vos te hubieras puesto tan contenta cuando vieras abrir las ventanas y arreglar las cosas. Te hubieras sentado en cada cama tratando de sentir sus olores y hubiéramos extrañado juntas.
Se me hace difícil esta parte del camino. Te extraño. No habrá nunca animal más especial que sepa ayudar al humano a hacer más fácil la vida.
Extraño a nuestros hijos Molestia, ya no quieren venir, tampoco nos escriben ni nos necesitan . Y la casa nos queda tan grande, si hasta vos te fuiste. 
Te espero en algún sueño con tu hermosa locura, vamos a extrañar juntas a los que nadie extrañará como nosotras. 

viernes, 4 de febrero de 2022

Nunca princesa

Yo nací huérfana de padre . 
Nunca conocí la sensación de seguridad de un par de brazos fuertes de esos que te levantan del mundo y te hacen un nido seguro para que vivas.
Recuerdo desde siempre ser la hija del muerto, a la que miraban como a un bicho raro, a la que sacaban del salón mientras los otros chicos preparaban los regalitos para el día del padre . 
Todavía me duele un poco el morbo de los adultos a los que les gustaba pararme en la calle de cierto pueblo de gringos y preguntarme - vos de quien sos ? Y ante la explicación la cara de desconcierto . No, no perteneces aquí tampoco.
El huérfano es invisible en muchos lugares y situaciones . Los papeles que te obligan a llenar con datos de alguien que no existe, los parientes que enseguida se dan cuenta que nadie va a defenderte si te fajan o insultan o algo peor. 
Los huérfanos somos muchos ,sin duda, pero solo nos comprendemos entre nosotros.  Así que temprano nos acostumbramos a no hablar del tema . O a inventar algo para salir del paso.
La que nunca fue llevada en brazos de su padre nunca será princesa. Ya sabe de nacimiento que las cosas lindas de la vida no son para ella . Que no habrá vestidos, ni buen cabello, ni calzados lindos . Que nunca accederá a lo que no pueda conseguir por sus propios medios . 
Y se aprende día a día a resignar, una por una las cosas que se van diluyendo en el olvido. Para poder vivir te vas reduciendo. Aprendes a hablar en voz baja , y ya entendiste hace mucho que cualquiera puede atacarte o inventar algo horrible sobre vos...si a vos, a mi: quien me defendería.  
Vos ,yo, nunca seremos princesas. Nos vestiremos de gris , desapareceremos en vida, lloraremos para adentro para no molestar.  
No hay nada que hacer para arreglarlo. No hay posibilidad de que ocurra el milagro que te devuelva lo que nunca tuviste.


sábado, 29 de enero de 2022

Los males dentro de los males

Nos toca vivir un tiempo extraño. La muerte ronda agazapada y de a poco tomamos conciencia que este puede ser nuestro último día, el último instante, el último saludo,el último amigo, la última sonrisa , el último amanecer. 
De a poco entendemos que hay tantas maneras de morir y tantas más de matar . Nos hemos hecho maestros en el arte del egocentrismo y la indiferencia ,en el uso y abuso de los demás para nuestros fines ocultos . Nos adueñamos de la vida y los sentimientos de otros y los descartamos sin ningún cargo de conciencia cuando ya no nos sirven.  
Nos matan con los silencios,  nos castigan con los vacíos.  Ya no confiamos en nadie, ya no esperamos , aprendemos lentamente que a nadie le interesa nuestra vida. Que nadie va a venir a cuidarnos, a sostenernos, a consolarnos. Estamos solos en este inmenso mar en nuestra miserable barca.
Entonces matamos también. Empezamos a aislar a los pocos que nos querían, nos tenemos miedo, nos alejamos , dejamos de tocarnos y también dejamos de mirarnos a los ojos .
Estamos en guerra . Una triste peste que nos enseña a morir y matar . Como lobos hambrientos y lastimados vivimos cada día como si fuera el último, aullando nuestro dolor a una luna perdida .

2021

 Hago los propósitos para el nuevo año:

-Dejarme el pelo naturalmente blanco lo que me causa una tremenda impresión porque me voy a convertir en mi difunta madre.

-Pagar mi cremación y entierro mañana mismo.

-Aprender a callar más.

-Dejar de luchar.

-Darme por vencida .

-Bienvenido año de mierda II


miércoles, 7 de abril de 2021

Salve César, los que van a morir te saludan . O, elecciones en tiempos de peste.

Hoy se murió Lucy, mi amiga desde la infancia, hermosa, tímida, dulce, buena. Sola y atada a un respirador. 
Amó,  fue amada y cuando recibió el mayor regalo, el de ser abuela, le tocó irse.
Y cuando las historias que duelen pasan a ser tus historias el cerebro entra en ebullición. Si Lucy tenía mi edad . Si se cuidaba,  si deseaba vivir. Que pasó?
Vivimos algo que nunca imaginamos que podría pasarnos. Lucy y yo somos de un tiempo que parecía nunca terminar. El de los encuentros, las visitas, los abrazos . 
Lo que hoy claramente puede matarte. Así.
Y se siente la incipiente campaña política que decidirá quien tenga las ¿riendas?.
Caminan los futuros Césares por encima de los muertos . En ningún lugar del mundo se puede decir que hayan hecho lo mejor para salvar la humanidad. ( La querrán salvar en serio ?)
A quien le tocará gobernarnos ahora que es una lotería la vida?
A quien votaremos para que lo haga?. Que condiciones exigiremos al futuro César. Bastarán las dádivas ? Los agasajos? Las alianzas tejidas en secreto ?
Hoy, la verdad, que desearía un lugar donde nadie se alegre por la desgracia de otro, contando triunfante cuantos muertos menos tiene en su haber. Volver atrás el tiempo donde trabajar era dignidad y orgullo. El sueldo era una fiesta , breve ,pero fiesta al fin. Volver a confiar en la palabra del otro. Eso: no prometan nada porque así, en un segundo ,nuestra vida se va con menos de lo puesto. 
Es tiempo de practicar grandes y auténticos valores : honestidad, verdad, empatía,  solidaridad,etc. 
Recuerdo con mucho cariño al cura que me dijo que era " zurdita" . Para mí un cumplido del mejor. Nunca encajaré en una manada que grita - negros, inútiles, vagos , lacras...
Lo único bueno es que la peste no diferencia ningún estado. Y por más que tratemos de zafar, si nos toca, nos toca.
Y eso nos da poder. Un muy loco y extraño poder de elegir y que no nos importe a quien le guste. Elegir con la conciencia de que eso les dejaremos a los que queden.
Resumiendo: tendrán que esforzarse más. No creo que una caja, unos pesos , una fiesta ,compre la conciencia de nadie .
Ave César: los que vamos a morir te saludamos .


lunes, 23 de noviembre de 2020

El final...

Yo sabía que el día del adiós llegaría alguna vez. No sabía cuando, porque esas cosas solo Dios sabe. Pero lo sabía muy dentro mío. Sabia que no faltaba mucho para el adiós terrenal. 
Y todas las palabras de los que más saben de estas cosas me taladraban el alma. 
Respeté a rajatabla su voluntad final : quedarse en su casa y ser sepultada junto a su esposo e hijo. Y está cumplida.
Mamá decía mucho: dejame,  ya dejame. Por lo que fuera. 
Vos me pegaste Bárbara. Ahora me duele el brazo ,por tu culpa. No sabes nada de Helga? A que hora viene mamá? No quiero levantarme...no quiero comer más. 
Y sucedió la pandemia, la lejanía. El tener que verla por los medios que inventó la tecnología. Y tener que aprender a aceptar la inmensa ayuda de las personas que no solo la cuidaron sino que le dieron un lugar en su familia.  Y cuidaron su salud y respetaron su dignidad . Y la amaron muchísimo.  Y la lloramos juntos cuando se durmió con dos suspiros. 
Hace 4 años escribía sobre su enfermedad y sobre todo lo que sentía en ese momento. 
Ahora siento un dolor muy particular y algo más grande que elaborar. La orfandad completa. La que produce unas sensaciones tan difíciles de entender. De pronto te hace hipersensible y de pronto todo tu ser te llena de una nueva energía.  Ser el último eslabón de una generación de una familia es de pronto casi pesado. 
No partir antes de cerrar todas las puertas. Sanar todas las heridas . Apagar la luz.
Los amigos de mi padre se están muriendo de Covid. Pero me hablaron de él y eso es lo que sé. No debo olvidarlo, las palabras del papá de Álvaro que decía que 100 como él podrían levantar la Argentina ,pero murió a los 29. Como se va a imaginar uno la muerte a los 29!!
Tengo que poder ver el legado de mi madre en las mujeres que heredaron sus rasgos y su carácter y otras cosas. 
Me siento ser un portoncito de esos que teníamos en el campo , los que estaban antes que yo y los que vienen detrás de mi. Y ser solo el portoncito. Porque de verdad no heredé demasiada inteligencia, ni tanta capacidad para los idiomas , ni la suficiente rebeldía,  solo la capacidad de trabajar hasta desmayarme ,eso si. Las otras luces me saltearon, pero lo acepto, porque verla en los hijos es mil veces mejor . Y en los nietos ,que placer. 
La vida todo lo da y todo lo quita a su tiempo. 
El proceso del duelo es extraño. Lo sé de memoria.  Lo experimenté muchas veces. Pero aún hay varias etapas que no me cierran. Hice bien ? La tenía que haber tenido contra su voluntad pero cerca mío en la casa que le construimos inútilmente? Tenia que haberle dicho mil veces al día que yo era esa niña de pelo atado que ella recordaba como su hija ,pero que ya era vieja también? Que yo no le pegaría nunca, porque Barbara ya había muerto hacía años y yo no era ella ... Que me faltó hacer? . La soledad se convierte en preguntas al vacío. El consuelo se hace esperar.  Nadie entiende esta etapa. 
Hay días que solo quisiera morir también para ir a preguntarle si está bien, si está feliz , si el Cielo es como esperaba. Si no está enojada conmigo. 
Hace 4 años escribía Nomeolvides porque ya el Alzheimer se hacía sentir , aunque todavía tuvimos un tiempo más de buenos momentos. Y eso agradezco tanto. Habernos reencontrado en la debilidad de su enfermedad y mis luces que nunca pudieron alcanzarla . (Lo admito, yo nunca pude leer sus libros)
Todavía me quedan unos litros de lágrimas para sanar . Para liberar el dolor. Para cortar dramas generacionales. 
Ninguno de sus hermanos me llamó ese día,  ya hace mucho no me consideraban parte de su familia y no me extrañó demasiado. Nada les debo tampoco. 
Todavía falta en este proceso que recién comienza. Mucho. Y esta pandemia que justo vino a cortarnos la vida este año. Y agradezco doblemente los abrazos que me dieron aunque están prohibidos. Porque el dolor solo se calma con abrazos y lágrimas comprendidas. 
Deposité sus cenizas en un mar de lágrimas, porque aunque todo tiene explicación científica, a veces se te parte el corazón. (Lo único bueno del barbijo obligatorio es que disimula bien las lágrimas)
Hasta luego mamá. Adiós mamá. El grito que se me ahogó tantas veces en la garganta cuando no la tenía cerca se convierte en un nudo. Mamá. Soy yo . Te acordás de mi otra vez? 
Cerrar la puerta, pasar el portoncito, apagar la luz.