lunes, 14 de mayo de 2012

Pueblo

Dónde yo vivo , en un pueblo, la vida transcurre a un ritmo diferente.
Acá hasta internet tiene su propio ritmo.
Cuándo te dicen : para mañana, es para la semana que viene. Lo que sea.
Así es mi pueblo. Poblado de gente diversa, entremezclada , entreverada, entrometida...en fin. Bastante gente de todas las especies.
Hay gente de la que uno no puede evitar enamorarse y desear llegar a ser cómo ellos. Gente fiel, buena, servicial, especial. Los que te dan la mano y el alma.  Los que te ayudan a caminar, los que te ceden un turno, los que te cuidan la casa, los que te traen el perro de regreso cuando se escapa.
Ahora que los describo, puedo asegurar que son mayoría. Eso es lo más lindo de los pueblos.
Así como están los otros, el bando de los que no pueden existir sin el alimento diario de sus chismes, que si no son ciertos, los inventan sin mayores problemas... a veces son graciosos, pero la mayoría, muy hirientes. Alguna vez son víctimas los demás, a veces, uno mismo...
Es parte del fenómeno de un poblado dónde nos conocemos todos. Justamente por eso. Porque todo acontecimiento es dominio popular. Y si no lo es, se busca la manera de que lo sea.
Si suena una sirena, todos saltamos. Los que tienen hijos los cuentan ,  y si falta alguno, lo llama al celular y muchas veces el chico o chica en cuestión no tiene la menor idea de nada...¿Qué bicho le picó a la vieja?...
Lo más lindo de los pueblos así es la solidaridad. Cuándo alguien necesita de la ayuda urgente de los demás, todos escuchan el llamado , y así se salvan vidas, se construyen casas, se pagan pasajes, se alimenta.... Eso, para el que nunca tuvo esa experiencia, es de un valor indescriptible. La solidaridad en estado de máxima pureza. Con toda el alma, jugándose por el hermano, muchas veces, ni tan conocido. Eso carece de importancia. Si alguien necesita, ahí estamos todos. Y cuando se soluciona el caso, todos tienen una extraña capacidad de olvido también. Nadie adeuda nada.
De este pueblo, de este dulce pueblo que me recibió hace 30 años, tengo que empezar a despedirme. Ojalá logre contar alguna de sus historias para que queden registradas mejor aquí que en mi frágil memoria...

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