Hace días leo sobre la destrucción del ambiente por manos de los hombres.
Todo lo que puede ocurrir con una decisión y unas firmas sobre un papel.
Y descubrí tanta hipocresía, tantos posibles intereses , tanta codicia.
Tanto tanto que me dio miedo. Miedo de los hombres . Miedo de lo que van a hacer y no les interesa .
Y si no advertimos, si no hablamos, si nadie exige explicación, todos seremos cómplices de la destrucción de una parte del planeta que no nos pertenece .
Un montón de cemento nunca hará un árbol, un pájaro, un reptil. Muchos hierros y torres elevadas no podrán hacer un río majestuoso, envidia del resto del mundo.
Nada volverá a la vida al ser que se mate, del reino que sea. Por culpa de todos .
Porque un minúsculo grupo decidirá que destruir , que matar, a quien desterrar . Por decreto , porque nadie lo va a poder evitar.
Como en los Simpson . El ambicioso Sr. Burns y su codicia sin límites.
Y a nosotros que nos va a encantar que nos arreglen a su gusto nuestro centenario pueblo y ni vamos a pensar en quienes todavía andan errantes por el destierro de aguas arriba.
Hasta el Papa lo grita . Cuidemos la casa común !
Pero que importa si el "progreso" nos cuesta el caro precio de no volver a pescar , de nunca poder volver a disfrutar de las islas . Que importan las canoas que se van a podrir en la orilla , los sábalos enloquecidos buscando ir contra la corriente para desovar, el agua embalsada que va a tapar toda la maravilla verde hasta descomponerla en gases venenosos.
Nunca se le puede llamar progreso a algo que signifique el sacrificio de algo tan valioso como el recurso no renovable del agua dulce. Jamás será progreso lo que signifique la muerte de especies .
Quizás yo no esté para ver crecer el muro que corte el amanecer perfecto sobre el río. Tal vez yo ya no vea el desastre. Pero soy igualmente responsable. Por cada molécula de aire contaminado . Por cada gota de agua envenenada. Por cada planta y cada animal que los que vengan después sólo van a ver con permiso .
Y cuanto más lo pienso más miedo me dan. Estos hombres que dicen sólo lo que conviene cuando hay otros hombres que gritan la verdad pero no son escuchados.
Amo el despertar con el canto de los pájaros, esta paz infinita, este aire cargado de oxígeno limpio y el agua que corre siempre llena de vida.
Ojalá escuchen a alguien. Alguien que tenga más voz, alguien que no tenga miedo.
Ojalá no tengamos que mostrarles fotos a nuestros nietos de estos lugares privilegiados y confesarles que eran una maravilla pero que los rompimos.
Tal vez ya me calle hasta que escuche la primera explosión. Hasta que el río se llene de peces muertos . Y entonces de que va a servir que me queje?
Cuando los guardias armados hasta los dientes no le permitan pasar a los pescadores . A quien nos vamos a quejar?
Pero así somos los hombres. Nuestra ignorancia hará que nos maten finalmente.
martes, 3 de octubre de 2017
Energía y muerte
martes, 19 de septiembre de 2017
35
Hoy hacen 35 años que compartimos la vida.
Si lo pensamos : ni por un segundo.
Si planeamos algo, menos.
Un día nos conocimos y al siguiente nos fuimos a vivir juntos. Que locura.
Algunos nos aceptaron y muchos nos despreciaron. Nos echaron a la calle, me desheredaron, mi "familia " no me habló durante un año y después tampoco, sólo mi madre cuando se le pasó el enojo.
Me dejaron sin trabajo, me mandaban a los grados que nadie quería.La directora me dirigió un discurso cargado de decepción y de religiosidad profanada.
Era de película la actitud de los miembros de la iglesia cuando entrábamos y todos se daban vuelta y nuestro párroco ,en mal castellano, hablaba de los graves pecados de los hombres comenzando SIEMPRE por el concubinato.
No sé como sobrevivimos esos primeros años sin casa, con trabajo precario, tragando la hiel de los parias cuando nos negaban un balde de agua, un poco de pan, lo que fuera.
La risa del intendente cuando fuimos a querer anotarnos para una vivienda. Ustedes?
La humillación de que nos llevaran solo en la parte de atrás de las camionetas.
Las miradas de los colegas que se podían comprar buena ropa para los actos y yo sólo podía lustrar un poco más los zapatos de todos los días. Esas miradas y esos grupitos que miran . Ufff.
Pero no todo era malo. Aprendimos muchísimo. Recordamos con tanto amor a cada persona que nos dio una mano.Que fueron nuestros amigos. Que nos prestaron sus cosas , sus libros , su ropa, la ropita para nuestros bebés. Eso se atesora.
Y aprendimos sobre todo que el amor es perdón. Cada día y a cada segundo. Perdón y a otra cosa.
Que de los abismos se sale sólo después de haber tocado fondo. Y que las heridas se sanan con el tiempo porque sí. Porque cuando hay perdón se puede mirar al pasado sin llorar, se puede observar todo con sabiduría y perdonar y perdonarse y rescatar lo bueno, lo que valió la pena, los buenos momentos, las batallas ganadas, los obstáculos superados.
El padre Fernando nos dió la mano, como Jesús a Pedro, a dos náufragos. Y se sentó a nuestra mesa y nos dio un lugar. Y ahí vimos a la Iglesia como madre . Y aprendimos a convivir con los demás a pesar de las puertas que todavía se clausuraban, como la de los retiros de matrimonios que eran solo para parejas "bien constituídas".
Nos casamos ante Dios hace casi 22 años. Pero los 35 están. Y aquí se celebran todos aunque sean fuera de la Iglesia y de la Ley. Porque el amor se lucha ,se pelea día a día y todos valen.
El amor este no concibe la vida sin el otro. A pesar de todos los obstáculos. No comprende otra manera de vivir que no sea de la mano del otro. Envejecer con el otro, enfermarse con el otro, morir con el otro. Para nosotros no existe otra manera.
Por eso Felices 35 Cacho!!!. Te amo mucho más allá de nuestras debilidades. Mucho más allá de las veces que quisiera pegarte :). Vos me conocés y yo te conozco.
Hasta que la muerte nos separe amor. Y si no es muy pronto ,mejor .
Si lo pensamos : ni por un segundo.
Si planeamos algo, menos.
Un día nos conocimos y al siguiente nos fuimos a vivir juntos. Que locura.
Algunos nos aceptaron y muchos nos despreciaron. Nos echaron a la calle, me desheredaron, mi "familia " no me habló durante un año y después tampoco, sólo mi madre cuando se le pasó el enojo.
Me dejaron sin trabajo, me mandaban a los grados que nadie quería.La directora me dirigió un discurso cargado de decepción y de religiosidad profanada.
Era de película la actitud de los miembros de la iglesia cuando entrábamos y todos se daban vuelta y nuestro párroco ,en mal castellano, hablaba de los graves pecados de los hombres comenzando SIEMPRE por el concubinato.
No sé como sobrevivimos esos primeros años sin casa, con trabajo precario, tragando la hiel de los parias cuando nos negaban un balde de agua, un poco de pan, lo que fuera.
La risa del intendente cuando fuimos a querer anotarnos para una vivienda. Ustedes?
La humillación de que nos llevaran solo en la parte de atrás de las camionetas.
Las miradas de los colegas que se podían comprar buena ropa para los actos y yo sólo podía lustrar un poco más los zapatos de todos los días. Esas miradas y esos grupitos que miran . Ufff.
Pero no todo era malo. Aprendimos muchísimo. Recordamos con tanto amor a cada persona que nos dio una mano.Que fueron nuestros amigos. Que nos prestaron sus cosas , sus libros , su ropa, la ropita para nuestros bebés. Eso se atesora.
Y aprendimos sobre todo que el amor es perdón. Cada día y a cada segundo. Perdón y a otra cosa.
Que de los abismos se sale sólo después de haber tocado fondo. Y que las heridas se sanan con el tiempo porque sí. Porque cuando hay perdón se puede mirar al pasado sin llorar, se puede observar todo con sabiduría y perdonar y perdonarse y rescatar lo bueno, lo que valió la pena, los buenos momentos, las batallas ganadas, los obstáculos superados.
El padre Fernando nos dió la mano, como Jesús a Pedro, a dos náufragos. Y se sentó a nuestra mesa y nos dio un lugar. Y ahí vimos a la Iglesia como madre . Y aprendimos a convivir con los demás a pesar de las puertas que todavía se clausuraban, como la de los retiros de matrimonios que eran solo para parejas "bien constituídas".
Nos casamos ante Dios hace casi 22 años. Pero los 35 están. Y aquí se celebran todos aunque sean fuera de la Iglesia y de la Ley. Porque el amor se lucha ,se pelea día a día y todos valen.
El amor este no concibe la vida sin el otro. A pesar de todos los obstáculos. No comprende otra manera de vivir que no sea de la mano del otro. Envejecer con el otro, enfermarse con el otro, morir con el otro. Para nosotros no existe otra manera.
Por eso Felices 35 Cacho!!!. Te amo mucho más allá de nuestras debilidades. Mucho más allá de las veces que quisiera pegarte :). Vos me conocés y yo te conozco.
Hasta que la muerte nos separe amor. Y si no es muy pronto ,mejor .
jueves, 8 de junio de 2017
En emergencia
Cuando Elina se levantó ayer muy de madrugada a hacer la fila inclemente del Anses nunca se imaginó lo que le esperaba.
Hacía muchísimo frío. Se abrigó bien y tomó coraje. Era un trámite que sólo ella podía hacer .
Subió al colectivo y se bajó donde le habían indicado. Como ella es nueva en la ciudad todavía no se ubica bien .
Y se paró en la fila en silencio . Nunca supo como apareció el dolor . Como una cuchillada que le partía la espalda . Tan feroz que la tiró al suelo.
Sus compañeros de fila quedaron mirándola. Quizás pensaron que ella pretendía ganarles el lugar con sus gritos . Después de un rato de ignorarla una señora le dijo que ahí cerca había un hospital donde la ayudarían. No sabe cómo hizo para subir al colectivo y bajar en la puerta del hospital.
Quizás Elina también vio alguna vez esas series extranjeras donde se llega a una sala de emergencias y todos salen corriendo a buscar al enfermo, y la preocupación de los profesionales cuando a una persona le duele mucho un lugar determinado del cuerpo. Quien sabe.
El dolor ya no la dejaba ni pensar. Y el miedo y la soledad .
Casi se arrastró siguiendo las instrucciones hasta la sala de emergencias y no pudo seguir. Le faltaban dos escalones y cinco pasos pero no podía avanzar.
Lloró y gritó agarrada a la puerta durante , escuchen : una hora y media . Una hora y media de gente que pasaba , personal del hospital, enfermos, curiosos , humanos . Humanos ?
Ahí la conocí. Torcida de dolor . Impotente. Sola.
Entré con ella . Pregunté varias veces por ayuda . Me encontré varias veces con la misma respuesta indiferente. Ella nunca hubiera hablado porque ya no podía hacerlo.
Las otras mujeres que esperaban con la misma necesidad de atención nos insistieron en que cruzáramos la puerta a exigir ayuda.
- Hágala entrar ahí, enseguida la van a atender.
Sus gritos desesperados se escuchaban desde afuera . Elina era un manojo de dolor . Se sacaba la ropa que la molestaba porque sentía que se quemaba. Trataba de vomitar . No sabía en que posición ponerse . Iba adoptando la posición fetal en que todo humano se vuelve pequeño en la seguridad del vientre.
Por fin vino una enfermera. Le hizo unas preguntas bruscas como si estaba embarazada y eso . Le tomó la presión y la fiebre e hizo un gracioso gesto de festejo porque no había más temperatura de la normal. Quien sabe que festejaba . Quizás que tendría menos trabajo.
Después vino el facultativo. Que ni saluda en su difícil tarea de atender seres molestos y doloridos. Le preguntó donde le dolía y le aplicó dos certeros golpes que la hicieron rugir de dolor . Mandó una ecografía y un calmante.
Cuando el calmante hizo un poco de efecto nos presentamos y conocimos. Compartimos historias de lo extraño que se está poniendo el mundo . De lo increíble que es encontrarse en medio de tanta indiferencia.
La dejé con su tía. Pero seguimos hablando vía whatsapp.
Nos quedamos pensando en que está pasándonos . En que a nadie le interesa el hermano caído ni aunque esté gritando de dolor. En que momento cruel nos comenzamos a preocupar más por un lugar en una fila o un turno que por ayudar al que está sufriendo .
Y en por qué hay cosas que sólo vemos por la vidriera: la atención médica urgente , la calidad humana , el cuidado .
Elina todavía tiene miedo de morir. Aún no encuentra un lugar donde no hagan falta tantas explicaciones y sólo le ayuden .Donde le toque un turno de los 5 que dan a los primeros que llegan a la noche anterior y esperan . Porque sufre. Porque no tiene obra social. Porque quiere vivir sin que la maltraten ni la estafen.
Todos somos responsables de esta realidad. Los que pasamos de largo, los que no nos queremos involucrar , los cómodos.
No parece que hayamos evolucionado en 2000 años . Para nada . Al contrario. Cabizbajos adorando un aparato que llegado el caso no nos trae a nadie que nos ayude.
Lo mismo que los personajes bíblicos, los fariseos de la actualidad pasamos de largo, no cuidamos, no damos agua , no ofrecemos un manto , no lavamos los pies a nadie.
Hacía muchísimo frío. Se abrigó bien y tomó coraje. Era un trámite que sólo ella podía hacer .
Subió al colectivo y se bajó donde le habían indicado. Como ella es nueva en la ciudad todavía no se ubica bien .
Y se paró en la fila en silencio . Nunca supo como apareció el dolor . Como una cuchillada que le partía la espalda . Tan feroz que la tiró al suelo.
Sus compañeros de fila quedaron mirándola. Quizás pensaron que ella pretendía ganarles el lugar con sus gritos . Después de un rato de ignorarla una señora le dijo que ahí cerca había un hospital donde la ayudarían. No sabe cómo hizo para subir al colectivo y bajar en la puerta del hospital.
Quizás Elina también vio alguna vez esas series extranjeras donde se llega a una sala de emergencias y todos salen corriendo a buscar al enfermo, y la preocupación de los profesionales cuando a una persona le duele mucho un lugar determinado del cuerpo. Quien sabe.
El dolor ya no la dejaba ni pensar. Y el miedo y la soledad .
Casi se arrastró siguiendo las instrucciones hasta la sala de emergencias y no pudo seguir. Le faltaban dos escalones y cinco pasos pero no podía avanzar.
Lloró y gritó agarrada a la puerta durante , escuchen : una hora y media . Una hora y media de gente que pasaba , personal del hospital, enfermos, curiosos , humanos . Humanos ?
Ahí la conocí. Torcida de dolor . Impotente. Sola.
Entré con ella . Pregunté varias veces por ayuda . Me encontré varias veces con la misma respuesta indiferente. Ella nunca hubiera hablado porque ya no podía hacerlo.
Las otras mujeres que esperaban con la misma necesidad de atención nos insistieron en que cruzáramos la puerta a exigir ayuda.
- Hágala entrar ahí, enseguida la van a atender.
Sus gritos desesperados se escuchaban desde afuera . Elina era un manojo de dolor . Se sacaba la ropa que la molestaba porque sentía que se quemaba. Trataba de vomitar . No sabía en que posición ponerse . Iba adoptando la posición fetal en que todo humano se vuelve pequeño en la seguridad del vientre.
Por fin vino una enfermera. Le hizo unas preguntas bruscas como si estaba embarazada y eso . Le tomó la presión y la fiebre e hizo un gracioso gesto de festejo porque no había más temperatura de la normal. Quien sabe que festejaba . Quizás que tendría menos trabajo.
Después vino el facultativo. Que ni saluda en su difícil tarea de atender seres molestos y doloridos. Le preguntó donde le dolía y le aplicó dos certeros golpes que la hicieron rugir de dolor . Mandó una ecografía y un calmante.
Cuando el calmante hizo un poco de efecto nos presentamos y conocimos. Compartimos historias de lo extraño que se está poniendo el mundo . De lo increíble que es encontrarse en medio de tanta indiferencia.
La dejé con su tía. Pero seguimos hablando vía whatsapp.
Nos quedamos pensando en que está pasándonos . En que a nadie le interesa el hermano caído ni aunque esté gritando de dolor. En que momento cruel nos comenzamos a preocupar más por un lugar en una fila o un turno que por ayudar al que está sufriendo .
Y en por qué hay cosas que sólo vemos por la vidriera: la atención médica urgente , la calidad humana , el cuidado .
Elina todavía tiene miedo de morir. Aún no encuentra un lugar donde no hagan falta tantas explicaciones y sólo le ayuden .Donde le toque un turno de los 5 que dan a los primeros que llegan a la noche anterior y esperan . Porque sufre. Porque no tiene obra social. Porque quiere vivir sin que la maltraten ni la estafen.
Todos somos responsables de esta realidad. Los que pasamos de largo, los que no nos queremos involucrar , los cómodos.
No parece que hayamos evolucionado en 2000 años . Para nada . Al contrario. Cabizbajos adorando un aparato que llegado el caso no nos trae a nadie que nos ayude.
Lo mismo que los personajes bíblicos, los fariseos de la actualidad pasamos de largo, no cuidamos, no damos agua , no ofrecemos un manto , no lavamos los pies a nadie.
domingo, 21 de mayo de 2017
Eugénie .Hay cosas que nunca se dicen.
Sólo la vi una vez en mi vida . Ella caía suavecito en picada desde su nido en mi vientre. Eugénie se cayó. Eso pasó.
Esa mañana habíamos ido a trabajar a la escuela como siempre. Ella ya se movía un poquito.
Los niños eran pequeños en ese entonces . Entre 5 y 6 años . Esa bandada bulliciosa de primero . Y era un día normal para todos , excepto para Juancito (Por supuesto que ese no es su nombre ). Estaba muy alterado, no quería quedarse y su mamá ya se había ido . Y pensó que podía escaparse por la ventana . Se aferró con todas sus fuerzas y la trataba de romper a las patadas. Ya podía imaginar el final con el desastre de vidrios y llantos.
Ni lo pensé, corrí y lo agarré, no podía despegarlo . Y no pensé más que en mi deber. Y casi no sentí las patadas en mi vientre. Cuando logré bajarlo y calmarlo me di cuenta. Tenía un montón de golpes . Pero seguí dando clase hasta la hora de salida . Volvimos a casa y al rato empezó el dolor . Y la sangre .
Fueron muchos golpes para Eugénie.
Y partimos volando al sanatorio . A mil. Y nada pudimos hacer.
La vi a través de la ecografía. Como en una pesadilla . Mi pequeña. Mi niña .
Después la operación y el adiós.
Nunca había visto tanta sangre . A chorros . Al son de los latidos de mi corazón.
Y me fui un rato con ella. A ese lugar de luz donde no había dolor . Sólo paz. Una inmensa paz . Y escuchaba muy a lo lejos algunas voces que me decían que vuelva, que tenía otros dos hijitos y un esposo que me querían. Y algunas cachetadas y más charla . Pero no quería volver . La verdad que no.
La noche más larga de mi vida fue esa noche en la sala de terapia.
No recuerdo haber vuelto a llorar tantas horas seguidas sin tener con que para limpiarme el mar de lágrimas que empaparon la almohada y las sábanas.
Tenía un reloj enfrente , podía ver como se movía tan lento . Toda la noche .
Esa mañana habíamos ido a trabajar a la escuela como siempre. Ella ya se movía un poquito.
Los niños eran pequeños en ese entonces . Entre 5 y 6 años . Esa bandada bulliciosa de primero . Y era un día normal para todos , excepto para Juancito (Por supuesto que ese no es su nombre ). Estaba muy alterado, no quería quedarse y su mamá ya se había ido . Y pensó que podía escaparse por la ventana . Se aferró con todas sus fuerzas y la trataba de romper a las patadas. Ya podía imaginar el final con el desastre de vidrios y llantos.
Ni lo pensé, corrí y lo agarré, no podía despegarlo . Y no pensé más que en mi deber. Y casi no sentí las patadas en mi vientre. Cuando logré bajarlo y calmarlo me di cuenta. Tenía un montón de golpes . Pero seguí dando clase hasta la hora de salida . Volvimos a casa y al rato empezó el dolor . Y la sangre .
Fueron muchos golpes para Eugénie.
Y partimos volando al sanatorio . A mil. Y nada pudimos hacer.
La vi a través de la ecografía. Como en una pesadilla . Mi pequeña. Mi niña .
Después la operación y el adiós.
Nunca había visto tanta sangre . A chorros . Al son de los latidos de mi corazón.
Y me fui un rato con ella. A ese lugar de luz donde no había dolor . Sólo paz. Una inmensa paz . Y escuchaba muy a lo lejos algunas voces que me decían que vuelva, que tenía otros dos hijitos y un esposo que me querían. Y algunas cachetadas y más charla . Pero no quería volver . La verdad que no.
La noche más larga de mi vida fue esa noche en la sala de terapia.
No recuerdo haber vuelto a llorar tantas horas seguidas sin tener con que para limpiarme el mar de lágrimas que empaparon la almohada y las sábanas.
Tenía un reloj enfrente , podía ver como se movía tan lento . Toda la noche .
Al amanecer se dieron cuenta que yo no podía volver . Y lo llamaron a mi compañero. El me habló durante horas y me decía que todo iba a estar bien, y me contaba cosas de los chicos ,que la pequeña Ceci había ido al jardín y Martín a la escuela. Que la abuela los cuidaba pero que querían ver a mamá. Y todo lo que íbamos a hacer si yo volvía.
Al tercer día traté de levantarme y me fui de cabeza . Me faltaba la sangre . Y me faltaba Eugénie.
Y que iba a hacer con los pechos llenos de leche . Y con este dolor .
Como iba a volver al grado sin rencores. Porque el pequeño asesino era muy pequeño y nunca jamás debía saber lo que hizo.
Y nunca lo supo nadie más que nosotros , los padres que despedimos a Eugénie aferrándonos a lo que nos daba fuerzas para seguir .
Alguien hizo desaparecer sus cositas. Para que no duela tanto.
Alguien respondió las preguntas de los hermanitos que la esperaban .
Alguien vino a llorar conmigo y que le cuente la historia hasta que salga y se convierta en historia .
Todavía sigo a la niña de una compañera que tenía la misma edad.
Adiós Eugénie .
La vida me devolvió todo. Estamos en paz . El dolor se convierte en recuerdo y perdón. La vida sigue .
Sólo a veces me imagino sus ojos y su risa. Ahora tendrías 25 años .
Al tercer día traté de levantarme y me fui de cabeza . Me faltaba la sangre . Y me faltaba Eugénie.
Y que iba a hacer con los pechos llenos de leche . Y con este dolor .
Como iba a volver al grado sin rencores. Porque el pequeño asesino era muy pequeño y nunca jamás debía saber lo que hizo.
Y nunca lo supo nadie más que nosotros , los padres que despedimos a Eugénie aferrándonos a lo que nos daba fuerzas para seguir .
Alguien hizo desaparecer sus cositas. Para que no duela tanto.
Alguien respondió las preguntas de los hermanitos que la esperaban .
Alguien vino a llorar conmigo y que le cuente la historia hasta que salga y se convierta en historia .
Todavía sigo a la niña de una compañera que tenía la misma edad.
Adiós Eugénie .
La vida me devolvió todo. Estamos en paz . El dolor se convierte en recuerdo y perdón. La vida sigue .
Sólo a veces me imagino sus ojos y su risa. Ahora tendrías 25 años .
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