Hoy hacen 35 años que compartimos la vida.
Si lo pensamos : ni por un segundo.
Si planeamos algo, menos.
Un día nos conocimos y al siguiente nos fuimos a vivir juntos. Que locura.
Algunos nos aceptaron y muchos nos despreciaron. Nos echaron a la calle, me desheredaron, mi "familia " no me habló durante un año y después tampoco, sólo mi madre cuando se le pasó el enojo.
Me dejaron sin trabajo, me mandaban a los grados que nadie quería.La directora me dirigió un discurso cargado de decepción y de religiosidad profanada.
Era de película la actitud de los miembros de la iglesia cuando entrábamos y todos se daban vuelta y nuestro párroco ,en mal castellano, hablaba de los graves pecados de los hombres comenzando SIEMPRE por el concubinato.
No sé como sobrevivimos esos primeros años sin casa, con trabajo precario, tragando la hiel de los parias cuando nos negaban un balde de agua, un poco de pan, lo que fuera.
La risa del intendente cuando fuimos a querer anotarnos para una vivienda. Ustedes?
La humillación de que nos llevaran solo en la parte de atrás de las camionetas.
Las miradas de los colegas que se podían comprar buena ropa para los actos y yo sólo podía lustrar un poco más los zapatos de todos los días. Esas miradas y esos grupitos que miran . Ufff.
Pero no todo era malo. Aprendimos muchísimo. Recordamos con tanto amor a cada persona que nos dio una mano.Que fueron nuestros amigos. Que nos prestaron sus cosas , sus libros , su ropa, la ropita para nuestros bebés. Eso se atesora.
Y aprendimos sobre todo que el amor es perdón. Cada día y a cada segundo. Perdón y a otra cosa.
Que de los abismos se sale sólo después de haber tocado fondo. Y que las heridas se sanan con el tiempo porque sí. Porque cuando hay perdón se puede mirar al pasado sin llorar, se puede observar todo con sabiduría y perdonar y perdonarse y rescatar lo bueno, lo que valió la pena, los buenos momentos, las batallas ganadas, los obstáculos superados.
El padre Fernando nos dió la mano, como Jesús a Pedro, a dos náufragos. Y se sentó a nuestra mesa y nos dio un lugar. Y ahí vimos a la Iglesia como madre . Y aprendimos a convivir con los demás a pesar de las puertas que todavía se clausuraban, como la de los retiros de matrimonios que eran solo para parejas "bien constituídas".
Nos casamos ante Dios hace casi 22 años. Pero los 35 están. Y aquí se celebran todos aunque sean fuera de la Iglesia y de la Ley. Porque el amor se lucha ,se pelea día a día y todos valen.
El amor este no concibe la vida sin el otro. A pesar de todos los obstáculos. No comprende otra manera de vivir que no sea de la mano del otro. Envejecer con el otro, enfermarse con el otro, morir con el otro. Para nosotros no existe otra manera.
Por eso Felices 35 Cacho!!!. Te amo mucho más allá de nuestras debilidades. Mucho más allá de las veces que quisiera pegarte :). Vos me conocés y yo te conozco.
Hasta que la muerte nos separe amor. Y si no es muy pronto ,mejor .
No conocía la historia de ustedes. Me partió el corazón. Felicidades!!
ResponderEliminarGracias Gregoria. Conocimos ambos lados y varias dimensiones de la vida ❤❤
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