una radio vieja
y una vieja muda de ropa,
es todo lo que tiene don Fernando,
que de tan comunista
ha dado todo,casi todo,
menos el alma.
¿Quién no tuvo el tiempo suficiente
para resguardar sus viejos sueños
en una tierna aureola que no cuesta nada?.
Nadie le presta atención.
¿Alguien lo quiere?
¿Alguien le da amor
en ese hogar ajeno
donde todo encaja...menos él?
Él, con su comunismo a cuestas,
como un Cristo sufriente,
fanático, sublevado, herido...
con un Moscú demasiado lejos
y demasiado hermoso para ser real.
Que bien vale las noches de insomnio
por escuchar , en una radio prestada,
las noticias de Rusia (lluvia para su alma reseca),
para crear Células en el aire,
un Partido en su imaginación.
Amigo comunista sin uñas y sin oído,
perdidos en las torturas,
de aquellos que pensaron que don Fernando
tenía algo escondido.
¿Dónde? ¿Debajo de sus uñas ?
¿Un secreto de Estado en sus oídos?
Oh Cristo, si algo quieres concederme,
dame un subsidio de amor,
para darle algo a sus pobres días,
que tal vez sean los últimos,
para que pueda decirte al llegar ante Ti:
alguien me ha querido.
Hoy tuviste a mi hijo en tu regazo.
Yo te prometo que algún día sabrá
que tú lo has querido más en un sólo minuto
que cien de sus congéneres en un año de vida.
Que le dijiste: vamos cachafaz,
vení con el abuelo.
Tú , que nunca fuiste abuelo verdadero,
hoy has ganado un sitio en su alma.
Y yo tengo los ojos llenos de lágrimas,
porque a pesar de mi pobre bondad,
tú sigues yendo solo por la calle.
Y cuando veo tu alegría,
porque te prestamos un libro y una radio
para llenar tus carcomidas ilusiones esta noche,
y tu flaquísima humanidad
cargada de buenas intenciones,
y tu soledad preñada de optimismo,
me dan ganas de llorar.
12- 03- 1986 20,30 hs.
Weee. Qué más tendrás entre esos papeles de ayer, Helga? Que linda historia la de Don Fernando. Gracias.
ResponderEliminarGracias a vos por leer amiga. Años acumulados de historias . Algunas escribí, otras debería antes que me falle la memoria . Abrazo grande !!!
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